martes, 18 de noviembre de 2014

“HOY SOY UN NIÑO. SI TÚ NO ME SACAS NADIE ME VE”.

Hoy compartimos con vosotros y vosotras el comunicado que, desde AFASEGO (Asociación de familias de Acogida de Segovia, realiza sobre la acción "Hoy soy un niño", que tiene como finalidad dar visibilidad a los 15.000 menores que pasan su niñez o adolescencia en instituciones. 

Esta acción está propuesta desde ASEAF (Asociación Estatal de Asociación Estatal de Acogimiento Familiar)
 


El jueves 20 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Universal de la Infancia y el 25 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña.

Uno de los derechos fundamentales de los menores es el derecho a vivir en una familia pero, lamentablemente, en nuestro país vivimos una problemática especialmente acuciante y desconocida: los menores tutelados por la administración que residen en centros institucionalizados.

Cuando la familia biológica abandona, maltrata o no puede hacerse cargo de la situación de sus menores, el Estado y sus instituciones tienen el deber de proteger. En algunos casos, la protección implica separar al menor de su familia temporal o permanentemente, según corresponda. Nuestra legislación establece que, cuando un menor ha de salir de su familia biológica la alternativa prioritaria debe ser otra familia, en acogida o en adopción, según el caso. Pero ésta no es la realidad.

Las estadísticas españolas de protección de infancia son pobres. En 2008 (último año del que hay cifras oficiales disponibles), unos 11.000 menores entraron en instituciones de protección, mientras que aproximadamente 4.000 pasaron a acogimiento familiar o adopción nacional. 
 
Es decir que, de los menores españoles necesitados de protección, prácticamente el 75% terminan pasando su infancia o adolescencia en instituciones (la alternativa sin duda menos recomendable) y el 25% pasa a convivir con una familia de acogida.

Pero este escándalo parece no quitar el sueño a nadie. En los centros, los niños se vuelven invisibles. Y en ellos pueden pasar muchos años de su infancia y adolescencia. Y cuanto más tiempo pasan en ellos, menos fácil es encontrarles una alternativa familiar y más daño acumulan. Por desgracia, son muchos los que entran pequeñitos y permanecen luego institucionalizados durante buena parte de su infancia, si no más”.

En la provincia de Segovia el problema no es menor, aunque se desconocen los datos oficiales debido al “oscurantismo” con el que la Junta de Castilla y León maneja el número de menores tutelados e institucionalizados en sus centros.

AFASEGO (Asociación de Familias de Acogida de Segovia), se une este 20 de diciembre a la acción propuesta desde ASEFAF (Asociación Estatal de Acogimiento Familiar), cuyo objetivo es dar visibilidad a esos 15.000 menores invisibles que viven en residencias en lugar de en una familia de acogida.

Los niños, como menores que son, no tienen la capacidad de representarse a sí mismos, por ello queremos que estén representados por nosotros, los adultos, para que nuestra sociedad conozca esta realidad. 
 
Para lograr este objetivo hace falta la colaboración del resto de ciudadanos y ciudadanas. La propuesta es dar visibilidad a un niño o niña durante el 20 de noviembre para que, como sociedad, no nos olvidemos de ellos.

La propuesta es sencilla: El jueves 20 de Noviembre, cada persona que quiera colaborar podrá imprimirse un cartel con el lema de la acción "Hoy soy un niño, si tú no me sacas nadie me ve", y que puede descargarse en la web hoysoyunniño.es) para después colocarlo en un lugar visible: en la luna de tu coche, en la mesa de trabajo, en la ventana de tu vivienda, en la carpeta de estudios, bolsa de la compra, escaparate de tu tienda, si vas a hacer deporte colócalo como si fuera un dorsal, etc.

En cada cartel, además del lema de la acción, figurará el nombre de un niño o niña junto con su edad y el tiempo que lleva en una residencia.

Con ésta acción se pretende un doble objetivo: que la sociedad conozca el gran problema de los menores institucionalizados y que la Administración responsable de estos menores actúe. Porque otra forma de proceder es posible: las familias de acogida.

Sobran excusas y falta compromiso. Un compromiso claro, decidido y firme por una progresiva desinstitucionalización de nuestra infancia, con fecha puesta y empezando por los más pequeños. ¿O es que en un país tan solidario como España no hay de sobra familias dispuestas a que el año que viene fuera posible que ningún menor de dos años pasara una sola noche en un centro de acogida? Y si eso se hiciera bien, ¿no habría al año siguiente familias suficientes para que ningún menor de seis años pusiera el pie en una institución? Esas familias existen”

Actualmente en Segovia existen 27 familias de acogida de las cuales 13 se encuentran en situación activa de acogimiento de 18 menores entre los 6 meses y los 18 años. Pero se necesitan más. Porque sigue habiendo niños y niñas en nuestra provincia, en nuestra ciudad que pasan su vida un centro.

El ser humano está hecho de una materia que necesita el beso de buenas noches, el abrazo de la familia... Por mucho que quieran ponerle ganas y cariño, los trabajadores de los centros no pueden darles eso a los niños. Los menores necesitan, además, el sentimiento de pertenencia a una familia para formarse como personas”. 
 
Participa con nosotros el 20 de noviembre. Entre todos y todas, hagamos visibles a nuestros niños y niñas para que no nos olvidemos de ellos.
* Textos extraídos del documento “Los niños invisibles” de Jesús Palacios, Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla.

sábado, 8 de marzo de 2014

DESPUÉS DE UN LARGO PARÓN...

¡Uf! desde noviembre sin escribir... qué de tiempo y qué rápido se nos ha pasado.

En estos tres meses han pasado muchas cosas, pero sin duda, la más importante es que la Pequeña ha vuelto con su familia biológica de manera definitiva.

Sabíamos que iba a ser más o menos después de las vacaciones escolares y, aunque de manera un poco precipitada, así ha sido.

Mucha gente nos pregunta qué tal estamos. ¿Nuestra respuesta? Pues estamos bien. No es un trauma, no es algo que no pueda superarse... el hecho de pensar que la vuelta del niño o niña con su familia biológica puede ser algo muy duro no es así... o al menos en nuestro caso. Tampoco es fácil.

Nosotros teníamos muy claro desde principio del acogimiento que la Pequeña estaría temporalmente con nosotros. Así también se lo transmitimos a nuestro entorno, por lo que creemos que, más o menos, todos estábamos preparados cuando llegara el momento.

Es un cúmulo de sensaciones y emociones contrapuestas...

No es un momento triste porque sabes que se va con la persona que más quiere en el mundo, su madre, pero a la vez sí lo es porque implica separarte de una persona que es muy importante en tu vida.

Tienes que enfrentarte a todas las preocupaciones que antes estaban en la cabeza rondando pero que ahora se materializan... ¿comerá bien? ¿dormirá a su hora? ¿se preocuparán por el colegio? ¿estará bien?... ¿será feliz?

Nosotros seguimos teniendo relación con la Pequeña y su madre nos escribe, nos manda fotos de ella (la ultima disfrazada de blancanieves) o llama de vez en cuando para que la Pequeña hable con nosotros. Así que estamos contentos de tener la posibilidad de mantener ese vínculo y no haber desaparecido de su vida de repente.


Hemos pensado sobre si seguir con el blog o no, pero ayer, encontramos la respuesta....

La semana pasada, nos llamaron desde el programa de familias de Cruz Roja para ver si nos apetecía contar nuestra experiencia en el curso que están realizando para las nuevas familias que formarán parte del programa. Esta pequeña charla consiste en acudir un día del curso y, en un ratito, contar tu experiencia a aquellas personas que han decidido sumergirse en este programa y abrir las puertas de su hogar a aquellos menores que lo puedan necesitar.

Lógicamente dijimos que sí, entre otras razones porque nosotros, si algo recordamos especialmente de nuestro curso, es la experiencia de la familia que la compartió con nosotros. Así que allá que fui (esta vez yo, porque Ángel trabajaba) a contarles un poco cómo habíamos vivido el año y pico que hemos tenido a la pequeña con nosotros y a contestar, en la medida de lo posible, las dudas que pudieran tener.

Fue una hora que se nos pasó como un suspiro y, personalmente, muy, muy gratificante. Además creo que pudo servir para que tres nuevas familias conocieran un poquito más sobre el Acogimiento Familiar, por lo que, después, hablándolo en casa, decidimos continuar con el blog... Quizás alguna de las cosas que compartamos aquí puedan servir para animar a alguien a participar de esta experiencia.


Además... seguro que repetimos experiencia así que... ¿quién sabe?