En este post vamos a intentar explicar un poco en qué
consiste el programa de acogimiento familiar… ¡a ver si no resulta muy denso!
Este programa se lleva a cabo mediante un convenio entre la Junta de Castilla y León y Cruz Roja, y son
las oficinas de esta entidad la que gestionan en cada ciudad todo lo relativo a
las familias.
Aquí tampoco vamos a extendernos demasiado
en tecnicismos sobre el programa porque puede resultar un poco “rollo”, pero si
nos gustaría que quedara reflejado que para
ser familia de acogida no se necesita ningún requisito fuera de
lo normal; simplemente disponer de una estabilidad emocional y física, así como
tiempo para cuidar del menor o la menor (vamos, algo lógico, ¿no?)
El proceso es el siguiente:
Lo primero es realizar
una ENTREVISTA con la persona
encargada del programa en Cruz Roja. En esta entrevista te explican los tipos
de acogimiento familiar que existen (que son muy variados) y los pasos que se
siguen hasta ser familia de acogida. Desde el primer momento queda claro que el acogimiento familiar es totalmente
diferente a la adopción; el menor o la menor estará un tiempo en tu hogar,
pero el principal objetivo es que vuelva con su familia
(todo dependiendo de cada caso, claro).
Una vez que decides que
quieres seguir adelante, que sí, que te tiras a la piscina, llega el momento de
la FORMACIÓN, aproximadamente 12h en
las que se te explica todo el proceso de acogimiento,
las diferentes etapas por las que pasará el menor o la menor cuando
esté en casa, la relación con la familia biológica, etc. También se
trabaja mucho el vínculo con la familia acogedora y el momento de la
separación.
Después del curso,
personalmente tuvimos una etapa de reflexión. Ahora conocíamos realmente el
programa, con lo bueno y con lo malo… sólo teníamos que decidir si queríamos
seguir adelante o no.
Es verdad que yo soy
mucho más impulsiva que Ángel y pensaba que ya iríamos resolviendo las cosas
según llegasen, pero para él toda esta situación suponía un cambio enorme y las
dudas se le iban amontonando… hasta que, después de hablarlo y darle muuuchas
vueltas, resolvió que había cosas que no podían conocerse hasta que no llegara
el momento. Así que llamamos a la responsable del Programa para realizar la
tercera fase, la VALORACIÓN.
En esta fase, las
responsables del programa (una trabajadora social y una psicóloga, ambas de
Cruz Roja) realizan una entrevista de 8h en tu casa… no os asustéis, ¡se
desarrolla en diferentes días!
En esta entrevista te
hacen un montón de preguntas sobre la pareja, el pasado de ambos, las
respectivas familias, la educación que has recibido, el tipo de educación que
darás a tus hijos en caso de que tengas pensado tenerlos, cómo harás frente a
diferentes situaciones cuando el menor o la menor esté en casa… en fin… ocho
horas de preguntas y respuestas que dan para un montón de cosas y que sirven
para reflexionar sobre aspectos que quizás no hubieras pensado antes.
Una vez terminado esto,
se formaliza el tipo de acogimiento para el que te ofreces y desde Cruz Roja
llevan la propuesta de la familia a la Comisión de valoración de la Junta de Castilla y León. Bueno, esta comisión no sé si se llamará así, pero el caso es
que presentan todos los informes que te han realizado a una serie de personas
que valoran si entras o no a formar parte de la bolsa de familias acogedoras.
Y hasta aquí como es
formalmente todo… aunque en nuestro caso todo fue un poco rápido. El último día
de la valoración se nos comentó la posibilidad de realizar un acogimiento,
aunque lo único que nos comentaron era que se trataba de una niña de 4 años.
Nos pilló muy de
sorpresa, porque se supone que el tiempo de espera suele ser de varios meses
una vez que entras en la “Bolsa de familias”.
Aquí decir algo que hay
que tener muy en cuenta: las familias de acogida son un recurso para que los y
las menores tutelados por la Junta de Castilla y León puedan vivir en un
ambiente familiar durante el tiempo que estén separados de la familia. Esto
quiere decir que no se selecciona a las familias por orden cronológico de
inscripción sino que esta selección se realiza en base a criterios relacionados
con lo que el menor o la menor necesita en ese momento y se considera que es
adecuado para él o ella.
Pues eso, que nosotros
dijimos que si, que si se nos necesitaba ya… pues adelante.
Y todo sucedió muy
rápido: En unas pocas semanas se nos presentó el caso completo de “la pequeña”,
nos lo pensamos, dijimos que sí, se presentó nuestra propuesta como familia a
la Junta, tuvimos una segunda valoración en casa con las responsables de la
Junta, se aprobó el acogimiento, establecimos el periodo de adaptación (de esto
ya hablaremos) y… por fin, fuimos a conocer a “la pequeña”.
Pero este post es ya muy
largo y esa “adaptación” requiere una explicación completa, así que mejor lo
dejamos aquí. ¡Hasta el siguiente!
Muchas gracias por contarlo. Me imaginaba que el proceso sería más o menos parecido al de la adopción, pero no tenía ni idea.
ResponderEliminarNormal que después del curso necesitárais reflexión, porque imagino que es un punto de inflexión, donde quizá empieces a darte cuenta de qué conlleva todo esto. Y también de lo necesarias que son personas como vosotros. ¡Gracias por esta labor!
¡Y espero que lo estéis disfrutando al máximo!