jueves, 11 de abril de 2013

LA PLAYA DE MERCEDES

Cala Varques

Qué difícil debe ser intentar comprender cosas tan extensas como el concepto de "mar", entender que te metes en un avión y en dos horas estás en otra ciudad (que está muy lejos de la tuya), porqué no se puede saltar de un avión o que, por muchas olas que haya, el agua del mar nunca se acaba...

Este fin de semana pasado fuimos a ver a nuestra familia a Mallorca. Mi hermana vive allí y tenemos dos sobrinos de edades parecidas a la pequeña, así que prometía ser un gran fin de semana (y lo fué).

Para la pequeña todo eran nuevas sensaciones: montar en avión, ver la playa, el mar, viajar lejos... Y creo que no nos hacemos a la idea de la cantidad de ideas que deben de pasar por la mente de una niña de esa edad que vive todo eso por primera vez. Damos por supuesto cosas que luego te pregunta y te dejan con la boca abierta pensando... ¿Y ahora, cómo le explico yo esto?.

A la pequeña le contamos con detalle dónde íbamos, qué era el mar y que, si hacía bueno, podríamos bañarnos... todo con la finalidad de que se hiciera una idea de lo que iba a ver.

Esto es algo que te explican en el curso de formación para familias de acogida; es importante explicar a los niños y niñas todas aquellas cosas que se salgan de la rutina para reducir las dudas y así reducir la ansiedad por enfrentarse a algo desconocido. La verdad, algo bastante aplicable a todos los niños y niñas de estas edades ya que les ayuda a centrar lo que va a ocurrir.

Así que la pequeña estuvo la semana previa ilusionada porque iba a ir al mar, "a conocer la playa de Mercedes" (que es mi hermana), y se lo contaba a todo aquel que quisiera escucharla... Total, que cuando llegamos a la playa, aparcamos en el paseo marítimo y nos encontramos frente a la arena, se queda fijamente mirando para luego mirarnos a nosotros y preguntarnos... "Pero, ¿Qué es esto?", con cara de alucinada.

- Pues el mar, la playa- la contestamos.
- Pero es muy grande.
- Claro...

Y ya iba directa a quitarse la ropa para meterse al agua (alentada por nuestros sobrinos, Guillermo y Manuel, que no necesitan excusa para mojarse). La verdad es que no hacía muy bueno, así que sólo pudieron meter un poco los pies (que ya fué algo más en algún caso) y jugar un rato con la arena.

Puente de roca cerca de Cala Varques

El resto del finde fue genial. Un poco cortos de tiempo, pero bien aprovechado, sobre todo el sábado que nos dimos una pequeña paliza visitando Cala Santanyi y Cala Varques (muy recomendables ambas excursiones).

Por último, comentar el sitio en el que comimos el viernes, "Trens Restaurant Tematic" (http://www.cometemallorca.com/trens/) un establecimiento de comida mallorquina ambientado en el mundo ferroviario en el que lo más atractivo (a parte de lo bien que comimos, y nada caro) es una maqueta  recorrida por un tren y que se extiende por varias zonas del local. Además, los postres y las raciones son llevadas a la mesa por un pequeño tren de mercancías, con lo cual los niños... ¡encantados!


Así que, ahora de vuelta, estamos deseando poder repetir la experiencia durante el verano y ¡poder bañarnos!

2 comentarios:

  1. ¡Qué genial!

    Creo que esto ha sido muy importante para la pequeña. Lo recordará toda la vida. Muchas cosas en el futuro le evocarán este viaje que hicisteis con ella. ¡Es algo tan bonito!

    Oye, y el restaurante de la maqueta del tren me lo apunto para cuando vaya a Mallorca ;)

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    1. Pues si, yo recuerdo cuando de pequeños íbamos con los abuelos a Alicante y tengo muy buenas sensaciones de aquello... así que espero que todo esto sirva para ir "tejiendo" un pequeño mapa de emociones positivas en la pequeña.

      Y cuando vayas a Mallorca, ya puedes avisar a mi hermana que si no te mata! jejeje ;)))

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